Detrás de la magia


Año tras año y sin previo aviso llegan las Navidades, con todo lo que estas fechas implican: as compras con sus interminables colas, las populares comidas de empresa y sobre todo, los momentos entrañables con la familia, junto con la Noche de Reyes.

Es el momento del año más querido y esperado por unos. Las fechas navideñas son controvertidas, ya que no a todos los adultos seducen. Pero que sin ningún tipo de duda entusiasma a los más pequeños de la casa. Los niños, son los protagonistas indiscutibles de las celebraciones navideñas. Todo está pensado para ellos.

Los adultos, que durante el año tienen buenos y malos momentos. Tienen preocupaciones y son conscientes de los sinsabores de la vida, pero cuando llegan estas fechas lo dejan todo a un lado para contagiarse del espíritu navideño. De ese magnetismo risueño que transmiten los niños cuando se meten a las 9 en la cama esperando con nerviosismo la llegada de los Tres Magos de Oriente. 

Luz y magia se apoderan de las calles

Melchor, Gaspar y Baltasar. Es la magia de su existencia, la creencia en lo imposible de los más pequeños. Lo que hace que los adultos, a pesar de sentirse ajenos a ese sentimiento y de ser conscientes de esa verdad a gritos que los niños no quieren ver porque ellos no se la quieren mostrar, dejan tres vasos de leche, o de anís con sus respectivos dulces y galletas con el fin de que los Magos repongan fuerzas exhaustos tras el reparto de presentes, pero también de caramelos durante la Cabalgata.

Los caramelos vuelan


La Noche de Reyes, el gran hito de la Navidad comienza por la tarde cuando todas las ciudades, grandes y pequeñas sacan a pasear a sus propios Magos por las calles subidos en exuberantes carruajes en unos lugares, en camello en otras o en simples carrozas. Da igual como vayan, lo que representan y el fervor que despiertan es siempre el mismo.

 En toda España, de arriba a abajo, grandes y pequeños se rinden ante su presencia y esperan ansiosos apostados en las calles a que pase la comitiva real. La expectación es siempre máxima y la ilusión vuela en el ambiente cuando aparecen las primeras luces. La Cabalgata va a empezar.

Nervios a flor de piel


Los Magos hacen por fin su aparición estelar, siempre en el mismo orden. El primero en aparecer es Melchor. Con sus barbas blanca y su majestuosa capa, saluda espléndido a todos los que se han congregado para recibir a esta famosa comitiva real. 

Comienza el desfile real

Después del Rey de barba blanca aparece el pelirrojo, Gaspar. Portador del incienso, es en este caso portador, al igual que los demás, de grandes sacos de caramelos. El Mago no duda en lanzarlos, y los más pequeños no titubean a la hora de agacharse para poder coger el mayor número de dulces. 

Las carrozas se suceden
     

Y por último, y no por ello menos importante hace su aparición estelar el rey Baltasar. Sin duda, es, junto con Melchor, el rey que más admiración despierta. De la pintura negra resalta una enorme sonrisa que conquista a todos a su paso, pero ese no es su único truco: es capaz de lanzar los caramelos hacia ambos lados de la calzada. 

Con Baltasar llega el ritmo 

Otro de sus atractivos es el numeroso séquito que lo acompaña. Se trata de una gran comitiva numerosa compuesta por de músicos, malabaristas y danzantes. Hombres y mujeres con un gran sentido del ritmo que hacen mover el esqueleto de todos los presentes. 

la música








Si los músicos van detrás y alrededor de la carroza. Los malabaristas y faquires se sitúan a la cabeza, para abrir paso al rey Baltasar. 

y los juegos mísiticos

Como siempre, en toda cabalgata digna de llamarse así, las calles se impregnan de valientes guerreros romanos, quizás los que menos admiración despiertan ya que sus caballos absorben toda la atención. Son los encargados de escoltar a Herodes. 

Los aguerridos romanos no se lo podían perder

Quien aparece detrás exultante, ansioso persigue a los reyes para encontrar el portal de Belén, y en él al niño Jesús. Sus propósitos no son tan honrados como los de los demás peregrinos pero su bolsa de caramelos es aún más poderosa que la de Melchor. 

Herodes, bien escoltado, derrocha caramelos

Una carroza enorme repleta de regalos da por finalizado el evento. La suerte está echada y las cartas con las peticiones recogidas. Solo queda ir a dormir y esperar a que amanezca para comprobar si se han acordado de nosotros aunque solo sea para traernos carbón. 

Los regalos cierran el desfile

Entorno a la Cabalgata existe magia. Una magia que contagia a grandes y pequeños. Una magia cargada de misticismo con personajes disfrazados que hacen las delicias del público. En la localidad asturiana de Mieres estos personajes que se ocultan tras ropajes antiguos tienen nombre y apellido, son vecinos de la localidad que, por un día, ceden su tiempo libre para participar en el evento más importante de la Navidad. 

Todos quieren participar

Cada vez más son los mierenses que se animan a participar. Este año, los trajes se han quedado escasos. Todos pueden y quieren participar; desde los niños pequeños a las abuelas. 

No importa la edad

Viven el desfile de una manera mucho más intensa. Todo tiene que salir perfecto y ellos son los encargados. Horas antes de que los nervios empiecen a recorrer las calles, se asientan en las personas encargadas de crear esa magia. El maquillaje, los sombreros, y que cada uno se coloque en el sitio preciso no es una tarea sencilla. 

Todo tiene que estar listo y perfecto

No hay que olvidarse de la Banda de Música de la localidad, que también colabora en el evento. Los instrumentos tienen que estar a la altura, por eso es imprescindible comprobar hasta el último detalle antes del gran momento. 

Los músicos afinan

Los encargados de organizar esta empresa, de coordinar a tantas y tantas personas son los miembros de la Asociación Santa Bárbara. Una organización minera que comenzó para hacer de la festividad de Santa Bárbara una fecha importante y ha ido incorporando eventos a su lista de obligaciones. Lo que comenzó como una iniciativa exclusivamente minera, se ha convertido en un proyecto de gran alcance que abarca diferentes facetas de la villa asturiana. 

Protagonistas y jueces

La Cabalgata, que está en sus manos desde hace 2 años, lleva siendo un éxito desde entonces según los verdaderos jueces de este acontecimiento, los niños. Ellos son los auténticos protagonistas. Son el centro de una tradición, que ha seguido viva gracias a ellos. Gracias al brillo que aparece en su ojos cuando ven llegar ansiosos a los personajes de sus sueños, por eso los adultos año tras año se esfuerzan porque ese brillo nunca se apague. El futuro está en sus manos y mantener esta tradición solo depende de ellos. 





-María Gancedo